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¿Cómo evitar el estrés diario?

Publicado, 31-05-2018

Estudiar conlleva un cierto nivel de estrés que, si no controlamos, puede perjudicarnos física y mentalmente.

¿Cómo evitar el estrés diario?
Un nivel aceptable de estrés no es malo, sino todo lo contrario: nos mantiene alerta, nos ayuda con la concentración, pone a funcionar el cerebro, etc. El problema es cuando ese estrés se nos va de las manos y termina nublándonos el juicio o perjudicando nuestra salud.

Exámenes, presentaciones y otros infartos
El día a día del estudiante puede ser tan estresante o más que el día a día de cualquier trabajador, pero a eso hay que sumarle unos cuantos picos cuando llegan los exámenes, cuando hay que hablar en clase, cuando un profesor pregunta, si se fomenta la competitividad, etc. Por eso, es necesario manejar el estrés o nos comerá vivos. Lo más útil será aprender ciertas técnicas generales que nos permitan mantener nuestros niveles de nerviosismo bajo mínimos y controlar adecuadamente los picos de estrés, y para eso hay unas cuantas pautas que nos van a resultar muy útiles.

Deporte
Practicar algún deporte es imprescindible para mantenerse sano, reducir el estrés y rendir más en los estudios, porque fomenta la concentración y activa el riego sanguíneo. Antes o después de clase, trata de practicar tu actividad física preferida y enseguida notarás los resultados.

Relajaciones, meditaciones y mantras
Hay distintas técnicas que podemos aprender para ayudarnos con el estrés. Se trata de ponernos, mediante la técnica que sea, en un nivel de tranquilidad que nos permita pensar y tranquilizarnos. Bajar nuestras pulsaciones, respirar lenta y profundamente.

Los médicos han hablado
Lo que nos recomiendan es descansar bien y durante las suficientes horas (al parecer, las horas de sueño y el aumento de sobresalientes tienen una relación directamente proporcional, toma nota), no tomar bebidas estimulantes (ni complementos que puedan causar taquicardias y agitación) y estudiar cada día sin intentar memorizar, lo que es muy estresante, sino poniendo a prueba nuestros conocimientos autoexaminándonos.

Se trata de que cada uno encuentre la técnica que mejor le funcione, pero para encontrarla hay que buscarla y trabajar en su eficacia. La verdad es que merece la pena: ¿te imaginas presentarte a un examen tan tranquilo como te presentas en el bar? Pues está en tu mano, así que empieza a practicar.

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