En estos días, la capacidad de trabajo en equipo es una competencia fundamental, no solo dentro del ambiente universitario, sino en el laboral. Cada vez notamos con mayor frecuencia, tanto en anuncios de periódicos como en sitios web dedicados a la publicación de ofertas laborales, la demanda de personas calificadas para realizar trabajos de características interpersonales.

En cuanto al ámbito estudiantil, evidentemente y por cuestiones prácticas, el trabajo en equipo es una de las soluciones más eficaces para el docente, dado a que reduce considerablemente el número de trabajos a corregir; pero para el estudiante universitario, ¿es esta la mejor manera de trabajar?

Al momento de formar equipos, es conveniente que cada persona tenga en claro cuáles son sus preferencias, antes poner en marcha el trabajo; también resulta muy práctico saber cuáles son las áreas en las que él o ella cree destacarse más, y ofrecerse a realizar las tareas en las que crea poder colaborar en mayor medida.

La predisposición es un factor muy importante para poder poner las manos en la masa, la mayoría de las personas que han experimentado el trabajo en equipo, afirman que notoriamente la tensión y el estrés producido por el trabajo es mucho menor que el generado en las tareas individuales, sin embargo, cuando el grupo no logra congeniar del todo, la situación puede complicarse.

En la mayoría de los grupos de estudiantes universitarios, suele gestarse una situación en la cual uno de los integrantes intenta tomar la batuta, y así dirigir a la sinfonía de ideas y acciones; sin embargo, puede también darse el caso de que el grupo se reúna, pero de todos modos se vea inmerso en un estancamiento total, sin realizar avances notorios a lo largo del plazo establecido para cumplir con la pauta, y así, terminar haciendo todo a último momento (no aconsejable).

 

Aquí dejamos algunos tips para poder triunfar y así, vencer a este monstruo de varias cabezas conocido como trabajo en equipo:

1) Mostrate fresco, relajado y accesible. Lo que más falta hace a un equipo es la comunicación. Si se logra vencer la timidez inicial, luego todo irá marchando casi que sobre ruedas.

2) Aunque sea un proverbio muy viejo y muy usado, “no dejes para mañana, lo que podés hacer hoy”. Lo peor que le puede ocurrir a un grupo de estudiantes universitarios es hacer todas las cosas al último instante, dado a que no deja tiempo de pensar todo correctamente, y revisar el trabajo un vez terminado. Tomate tu tiempo en cumplir con cada paso de la consigna que te fue asignado, consúltalo con tu equipo, discutan y corrijan.

3) ¡Sé puntual! Sin lugar a dudas, nada irrita más a las personas (a la mayoría de ellas, al menos) que la impuntualidad. Las reuniones son momentos determinantes en la elaboración del proyecto o trabajo. Si llegás tarde, aunque más vale tarde que nunca, estarás demostrando cierta falta de compromiso para con tus compañeros.