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Palabra del rector: alineados por una educación de calidad para todos

Publicado, 11-03-2016

Palabra del rector: alineados por una educación de calidad para todos

 Junto con desearles a todas y a todos lo mejor en este año que se inicia, deseo compartir con ustedes y rendir cuenta de un evento al que fui invitado y asistí representando a la Universidad en la segunda quincena de noviembre del año pasado. Se trata del Congreso Mundial organizado por la Congregación para la Educación Católica con la finalidad de “relanzar el compromiso de la Iglesia en el campo educativo”, según expresa el comunicado final. El Congreso se convocó bajo el lema: “Educar hoy y mañana: una pasión que se renueva”, con ocasión de dos aniversarios (los 50 años de la declaración conciliar sobre la educación Gravissimum Educationis y los 25 años de la Ex Corde Ecclesiae, sobre las Universidades Católicas). El Congreso se preparó durante los últimos tres años y supuso una serie de consultas para la elaboración de los documentos que fueron la base del trabajo en Roma y en Castel Gandolfo. La segunda sesión plenaria se realizó con la presencia del papa Francisco en el Auditorio Paulo VI completamente lleno. Lamentablemente, la representación peruana –a diferencia de otras de América Latina- no llegó a la decena de participantes.

            Previamente a este Congreso habría que destacar otros tres eventos vinculados a la educación realizados durante el 2015: en primer lugar, el Foro Mundial convocado por la Unesco en Incheon (Corea del Sur) en mayo bajo el lema “Educación de calidad, equitativa e inclusiva así como un aprendizaje durante toda la vida para todos en 2030. Transformar vidas mediante la educación”. Posteriormente y en continuidad con éste,  la celebración de otro Foro un mes después, en París, organizado por la Congregación para la Educación Católica con la presencia de 400 participantes: embajadores, rectores de universidades, directivos de escuelas católicas, representantes de asociaciones educativas, procedentes sobre todo del área europea; esta iniciativa, además, coincidió con el 70° de la creación de la Unesco. Finalmente, la declaración de la ONU sobre los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el que se destaca el 4° referido a la educación: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

            Plenamente alineado con estos eventos, el Congreso romano señala en su comunicado final:  “Las 210.000 escuelas y las 1.865 universidades católicas, frecuentadas por un total de casi 60 millones de estudiantes, y junto a todas las otras asociaciones comprometidas en el campo educativo, participan en la realización de los objetivos de la Unesco que en el Fórum mundial “Educación 2030”, realizado en el mes de mayo de 2015 en Incheon, en Corea del Sur, confirmó el compromiso a favor de la educación para todos, lanzado en el 1990 en Jomtiem y renovado en Dakar en el 2000. La declaración establece para el 2030 algunos objetivos fundamentales: el compromiso para ampliar cada vez más el acceso a la educación para quienes son excluidos de ella; garantizar la inclusión y la equidad para derrotar las distintas formas de marginalidad; asegurar la calidad de la enseñanza para mejorar el aprendizaje; promover formas de aprendizaje a lo largo de toda la vida, etc. La Congregación para la Educación Católica y todas las instituciones educativas católicas comparten estas finalidades y quieren ofrecer la propia contribución para alcanzarlas”.

            El papa Francisco, en la sesión final y fiel a su estilo, lanzó algunos desafíos a los educadores. Ante todo, el desafío de las periferias. «Dejen los lugares donde hay muchos educadores y vayan a las periferias. Busquen allí. ¡O al menos, dejen la mitad! Busquen allí a los necesitados, a los pobres. Y ellos tienen algo que no tienen los jóvenes de los barrios más ricos - no por su culpa, sino porque es una realidad sociológica: tienen la experiencia de la supervivencia, también de la crueldad, también del hambre, también de las injusticias. Tienen una humanidad herida. Y pienso que nuestra salvación viene de las heridas de un hombre herido en la cruz. Ellos, de aquellas heridas, extraen sabiduría, si hay un buen educador que los lleve adelante. ¡No se trata de ir allá para hacer beneficencia, para enseñar a leer, para dar de comer…, no! Esto es necesario, pero es provisorio. Es el primer paso. El desafío - y yo los animo – es ir allá para hacerlos crecer en humanidad, en inteligencia, en valores, en costumbres, para que puedan ir adelante y llevar a los demás experiencias que no conocen». Las periferias son, para Francisco, uno de los espacios para una “educación de emergencia” que debe ayudar a “derrumbar muros” por su carácter de “inclusiva, también humanamente”. Una mayor información puede encontrarse en http://www.educatio.va

             El Congreso fue mucho más amplio de lo que se puede reseñar en estas breves líneas. Pero lo dicho me parece suficiente para destacar que nuestra Universidad se encuentra alineada a estos objetivos en todas nuestras acciones y, en particular, en las que lleva a cabo el área educativa. Debemos alegrarnos de las buenas noticias que nos llegan desde las unidades de la Universidad enfocadas en la educación. Estas se han incrementado significativamente en los últimos años. La experiencia acumulada, las alianzas establecidas con muchas organizaciones afines y la importancia dada a la educación en la misión fundacional de la Universidad nos deben permitir avanzar en nuestro objetivo estratégico de ser referentes nacionales en este tema de agenda pública, hoy insoslayable para el desarrollo del país.

 

Ernesto Cavassa, S.J.

Rector

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