Por supuesto, el reto es a quién incluir en dicha lista y, sobre todo, lo más crucial: a quién no.
Las siguientes personas nunca deben aparecer en tu lista de referencias laborales:

Alguien con quien no tengas mucha confianza
primero tienes que pedírselas por varias razones.

Primero, es una cuestión de cortesía. No te gustaría ser sorprendido con una llamada o un correo electrónico, pidiéndote cosas inesperadas. Quizá tú puedas reaccionar de buena manera y recomendar a una persona, pero no todos podrían pensar o actuar como tú. Sé amable y pregunta si esa persona puede ofrecer unos minutos de su tiempo para ayudarte en dar referencias sobre ti a una empresa.

Segundo, la recomendación será mejor si antes esa persona sabe más acerca del puesto de trabajo al que postulas. Dale un pequeño background (antecedentes) acerca de ti para que pueda determinar qué aspecto de tu conjunto de habilidades y experiencias es el más importante para el rol y lo comparta con el entrevistador.

Tercero, existe la posibilidad de que esa persona no esté permitida de dar referencias por políticas de la empresa donde trabaja.

Finalmente, siempre se da el caso de que la relación con esa persona no sea la mejor. Entonces es mejor no pedírsela.

Alguien que pueda decir cosas negativas
Es importante comprobar si esa persona se sentirá cómoda para ofrecer una referencia. Es un tema delicado, pues incluso en pleno proceso de selección, esa persona puede dar una pobre referencia sobre ti y es probable que el reclutador se quede con una mala imagen tuya.

Alguien que no se comunica bien
No es lo ideal apoyarse en una persona que no sepa comunicarse o escriba mal. Recuerda que tus contactos hablan por ti, especialmente cuando buscas empleo. Así es que probable que esa persona no impresione al reclutador.

Tu jefe actual
Si esta notificado y de acuerdo con tu salida, puedes pedirle referencias, de lo contrario, no le pidas a él o ella una referencia laboral.