¡La educación puede ser entretenida si es que se sabe cómo enfocar! Una gran manera de generar interés por parte del alumnado es mediante la colaboración y el trabajo en equipo. 

Bajo este tipo de metodología, el alumno no solo aprenderá a desenvolverse, aceptar y debatir en un terreno en que confluyen muchas ideas, sino también tendrá la facilidad de emplear más de un recurso teórico o tecnológico. 

Por tanto, incentivarlo durante las clases virtuales o proponer proyectos que se alineen a estos objetivos beneficiará la asimilación contínua, el liderazgo y la tolerancia. 

También te puede interesar: Trabajo en equipo: cómo realizarlo con éxito

A continuación te presentaremos algunos puntos fuertes de este estilo de enseñanza para que la apliques en tu rúbrica: 

1. Permite el uso de la tecnología de manera práctica: se emplean los recursos a disposición con eficiencia para desarrollar los temas. Lo consigue en más de una red digital, potenciando diversos abordajes. 
2. Disciplinas integradas: el dividir tareas y, por ende, poder abrir más de una pestaña en el navegador genera que se intensifiquen las búsquedas similares o relacionadas. Esto hace que los conceptos se integren bajo múltiples perspectivas. 
3. Toma de decisiones y manejo de tiempo: el trabajo colaborativo implica aprender a organizar las cargas de trabajo, priorizando la participación y dando protagonismo a los miembros en las decisiones. 

¡Refuerza la inteligencia emocional de tus equipos! 

También te puede interesar: 

7 competencias laborales que buscan las empresas

¿Cómo obtener buenas notas en un curso virtual? 

Qué no hacer durante una exposición virtual