1. Planificación: define las tareas que vas a realizar en tu día. Es decir, cómo quieres empezar a trabajar sabiendo la distribución de la jornada. ¡Intenta hacerlo antes para no intercalar tu concentración! 
2. Enfócate y trabaja: cada pomodoro implica veinticinco minutos de trabajo en el que deberás silenciar todo tipo de distractores para el cumplimiento de tus tareas. La técnica habla de alcanzar la concentración mediante varios periodos de descanso. 
3. Descansa: toma un descanso de cinco minutos entre cada pomodoro. Este es el momento de distraerse y hacer cualquier cosa. Haber avanzado con éxito será sinónimo de productividad. 

Recuerda que, tras cuatro pomodoros, deberás darte un descanso más largo (20 a 30 minutos). Así podrás desconectarte de la tareas, despejar tu mente y volver con más frescura a la actividad en cuestión.