El liderazgo que se enseñaba tradicional era orientado únicamente a los resultados, sin tener en cuenta los sentimientos de los demás.
Hace años se pensaba erróneamente que un trabajador era una clase de herramienta o pieza para cumplir un objetivo por parte de la empresa. El buen líder en dicha idea antigua era aquel que trabajaba hasta cumplir con la tarea sin medir el impacto personal o sentimental de los colaboradores. Pero los tiempo cambian y ahora se sabe que el estado anímico influye en el rendimiento del equipo.
Por ello aquí están las características que debería tener todo líder para inspirar a su equipo:
- Es innovador: No tiene miedo de explorar nuevas alternativas y superar retos. Anima a los demás a tomar riesgos.
- Sabe escuchar: El trabajo de equipo implica una lluvia de ideas, propuestas y sugerencias por parte de los miembros. Un buen líder no solo sabe guiar sino también escuchar a sus subordinados.
- Sabe comunicar: Dar mensajes claros que no den pie a interpretaciones.
- Sabe enteder: El buen líder comprende que tiene un grupo humano a su cargo y que este tiene límites. Por ello se preocupa por la salud.
- Se preocupa por la parte emocional: El buen líder busca que los miembros de su equipo desarrollen sus habilidades y crezcan como profesionales.
Estas habilidades pueden aprenderse con el tiempo y exigen un trabajo personal fuerte pero el resultado es un equipo animado para cumplir cualquier reto.