1. Mejorar tu nutrición: la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que una dieta saludable ayuda a la promoción y mantenimiento de un buen estado durante el ciclo vital. Como universitario, querrás tener siempre energías para las largas jornadas de estudio que te esperan. Lo menos que necesitas es tomar una siesta mientras el profesor dicta una lección importante. Por tanto, comer frutas, verduras y tomar mucha agua —en lugar de consumir grasas y chatarra— serán esenciales para llevar bien el ritmo.

2. Desarrolla tu creatividad: la creatividad se construye y se trabaja. Los universitarios expuestos a estímulos y experiencias que los hagan pensar, se beneficiaran potenciando sus talentos, fomentando su curiosidad y adquiriendo nuevo conocimiento. Hacer ese ejercicio favorecerá al estudiante en resolver problemas mediante soluciones originales. ¡Tómate un break para pensar! 

3. Tiempo para uno: hay que recordar que no todo es estudio. Los alumnos deben entender que las distracciones también son parte de la vida universitaria. Relajarse y meditar te aclararán el panorama y harán de ti un ser más feliz. ¡Todos merecemos un tiempo para nosotros! 

4. Controla tus emociones: todos los días tomamos decisiones. Estas están supeditadas, de alguna u otra manera, a nuestras emociones. Se hace clave entonces la inteligencia emocional. Se debe buscar autorregularnos, autoconocernos, automotivarnos. Así los estudiantes podrán aspirar a tomar mejores decisiones en distintos contextos.

5. Aprende a trabajar en equipo: es trascendental aprender a relacionarte con los demás y ser consciente de que no todos actuarán como tú desearías. La empatía y el respeto te permitirán ser más eficiente a la hora de delegar cargos y realizar el trabajo. Recuerda: no siempre rodearte de amigos garantizará un mejor resultado final. ¡Habrá que identificar con quiénes sí!