1. Características generales: ¿de qué va a tratar?, ¿quiénes van a intervenir?, ¿en qué espacio? Esas interrogantes deberán pasar por tu mente para planificar la estructura del cuento; los detalles a resaltar dependerán de la extensión. 
2. Personajes vs. personas reales: una buena forma de darle vida a tus personajes es apoyandote en referencias reales. En patrones de conducta, formas de vestir particulares o, simplemente, un amigo o conocido que, por su forma de actuar, encaja en el perfil del personaje. Sin embargo, no abuses: podrías perder la esencia y caricaturizarla. 
3. Conoce a tus personajes: es vital comprender el mundo interno de tus personajes para darles una voz particular y única. Considera que debe haber una correlación entre sus formas de pensar y actuar. Así evitarás personajes planos e incongruencias. 
4. Narrador: elige el tiempo y persona que se encargará de contar el relato y describir los hechos. Es importante hacer el trabajo desprendido de tu creación: el narrador será el guía de los acontecimientos. 
5. Comienza a escribir: siéntate en un lugar cómodo, revisa tus anotaciones y escribe. No le temas a la página en blanco. Quizá te cueste un poco avanzar, pero es cuestión de costumbre. No te detengas en modificar: avanza todo lo que puedas y luego retrocede. 

¡Haz un boceto del cuento y… a mover los dedos!