Por un lado, las habilidades duras comprenden habilidades para una tarea específica. Puede ser el dominio de una lengua, ciertos programas y aplicaciones o el dominio de una maquinaria.

Por otro lado, las habilidades blandas están más ligadas a la personalidad propias del individuo. El trabajo en equipo, la buena comunicación, el liderazgo, entre otras.

Un candidato deberá usar estas a su favor durante el proceso de selección. Ambas son complementarias, aunque, en estos últimos tiempos, las soft skills son buscadas por empresas para lograr una buena convivencia en relación a los objetivos.  

Durante la entrevista de trabajo, el postulante deberá resaltar ambas capacidades, siguiendo la línea de las preguntas del reclutador. Buscando  generar una impresión positiva como un agente valioso para el área o puesto.  

¡No descuides estas habilidades!