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Lima en los últimos decenios, junto con una buena parte de las grandes ciudades de América Latina, ha comenzado a identificar en la recuperación del patrimonio de la ciudad un elevado potencial turístico en su territorio. No obstante, hay varios factores que vienen atentando en contra de la recuperación del patrimonio de la ciudad que podríamos resumir como: la vasta extensión territorial dentro del que se encuentra la riqueza patrimonial, la escasez de recursos económicos de los gobiernos locales, una legislación trunca que retrae la inversión privada, la ausencia de un plan integral que priorice lo urgente así como la incapacidad de lidiar con la pobreza, la tugurizarían y la delincuencia.
La intervención del centro histórico de Lima se muestra hasta hoy fragmentada, salpicada e incompleta principalmente por falta de esa visión de lo urgente que fue lo que posibilitó la restauración del centro de La Habana en Cuba, la puesta en valor del barrio de la Candelaria en Bogotá o el de San Telmo en Buenos Aires que han cobrado un enorme valor para el turista que gusta de visitar ciudades
El centro histórico de Lima tiene en el barrio de Abajo el Puente (Rímac), recientemente incorporado dentro del grupo de ciudades Patrimonio Mundial de Unesco, el más importante recurso turístico cultural de Lima. Concentra el cuarenta por ciento del patrimonio histórico de la ciudad. Es el barrio más tradicional de la provincia de Lima y de lejos el último reducto de esa Lima que gravemente herida por la opción negativa y pesimista de aquellos que consideran que los centros históricos están condenados a morir, se siente de alguna manera heredera de la España y sus tradiciones y se niega todavía a perder los títulos que antaño bautizó.
Casonas, zaguanes, alamedas torres y balcones; descoloridos y encorvados por el tiempo, los terremotos y el olvido permanecen silenciosos pero unidos en hileras a lo largo de más de una veintena de manzanas, manteniendo vivo el particular escenario que distinguió en el pasado a la Ciudad de los Reyes y confirma lo que antropólogos llaman la “geografía recordada”, los referentes fundamentales que orientan la vida de los vecinos, los sitios y lugares donde se criaron de niños o pasearon cuando eran adolescentes o adultos al decir de Marco Gamarra Galindo.
Abajo el Puente fue en el imaginario de los taurinos la Sevilla de América. La flor de la canela, el olor del anticucho y el sabor del picarón para todo aquél que se estima limeño por ser o por estar, y para quien escribe esta nota, el trinar de una guitarra, el traquetear de las cucharas y el retumbar de un buen cajón. Y es que Abajo el Puente con los Barrios Altos son los últimos reductos de esa Lima viva, pícara, coqueta y jaranera de mujeres piel canela de cimbreante caminar
El espacio urbano histórico rímense, merece ser “cogido por los cuernos” como diría un taurófilo. Abajo el Puente exige de sus autoridades el enfrentamiento de la contradicción estructural entre la riqueza histórica-cultural y la pobreza socio económico que viene operando en todo el barrio. Tugurizarían, comercio callejero que privatiza el espacio público, delincuencia, drogas y prostitución, entre otros son males que tienen que ser abordados integralmente con acciones efectivas y en mucho mayor dimensión de las que se tomaron hace algunos años en la manzana de “El Rastro” y “La Soledad”, ubicado a una cuadra del Convento de San Francisco, al lado del Rio Rímac, en el Jr. Ancash, en esa exinvasión que servía como guarida de ladrones, foco de prostitutas y trampa para turistas perdidos y que fruto del Programa Municipal de Renovación Urbana que inició la recuperación del Centro Histórico, en el Conjunto Habitacional La Muralla, se ha convertido en un complemento del atractivo turístico que oferta la zona.
Tratar de convertir en destino turístico El Paseo de Aguas, la Alameda de los Descalzos y la Plaza de Acho, el coso taurino más antiguo de todo el continente americano y el tercero en el mundo son buenas pero débiles acciones pero que en el lenguaje taurino equivaldrían expresar “no ponerse la montera” para la recuperación del barrio patrimonialmente más rico y significativo de Lima.
Abajo el Puente nuclea como ningún otro barrio de Lima un riquísimo patrimonio cultural tangible e intangible, representativo de la colonia y los primeros cien años de la República que puesto en valor de manera integral enriquecerá el valor turístico de Lima al ofertar turísticamente a la Plaza de Acho y sus alrededores como la Triana de América y al barrio como la expresión de la Sevilla peruana, expresión auténtica de los valores inmateriales que le dieron sentido al criollismo. La mirada del turista se enriquecería con un mundo auténtico y tradicional que complementaría su imaginario construido sobre Land of the Incas.
Mg. Rómulo Carlos Paz Ríos
Coordinador de Investigación y Desarrollo de la Escuela de Turismo y Hotelería