La televisión y las plataformas digitales como Netflix se han encargado de producir series y programas con contenido que no solo entretiene, sino también estimula la concentración de sus consumidores, sobre todo del público juvenil. ¿Cuáles son estas características? Aquí te las contamos.
1. Incertidumbre: en las producciones de hoy en día, no se sabe exactamente qué es lo que va a suceder. Incluso, cada capítulo puede resultar independiente del otro. Aquel rasgo promueve expectativa, pues las historias que se cuentan han dejado de ser predecibles y, por otro lado, han abandonado una estructura rígida.
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. Personajes y líneas narrativas: la abundancia de personajes genera que se cree toda una especie de genealogía. Eso se traduce en un reto para el espectador, pues su tarea será reconocer las diversas personalidades de los personajes y conectarlos con la historia. Además, la mezcla de líneas narrativas (presente-pasado-futuro) y la asociación de acciones demandará de un nivel de concentración más alto.
3. Conflictos más honestos: las series han identificado los problemas actuales de tal manera que las actitudes de sus personajes estén acordes y se relacionen con las vivencias de los adolescentes. Esta situación dota de sinceridad al conflicto a través de los distintos puntos de vista. El parámetro de cercanía es clave.
¿Habías reparado en esto mientras veías tu serie favorita?