1. Comodidad: busca un espacio que sea agradable para ti. El sillón de la sala, el escritorio o tu cama. Para leer debes sentirte cómodo y totalmente libre. Eso sí, ¡no te relajes demasiado! Aquello puede adormecer tus sentidos y traicionarte en un sueño profundo. ¡Que el lugar elegido sea estratégico!
2. Compromiso: la lectura demanda compromiso. Es una disciplina que te acompañará en la medida que tú se lo permitas. Por eso, a la hora de leer, esconde cualquier distractor. Por ejemplo, tu celular. Guárdalo en tu mesa de noche o déjalo en algún lugar lejano. ¡Una buena lectura lo merece! 
3. Diversión: busca en el librero un título que sea de tu corte. Uno que vaya acorde con tus gustos y expectativas. De nada servirá coger un libro que no es para ti. Eso solo hará que te obligues a leerlo, y no queremos eso. ¡Ve por ese género que te tenga pegado a la hoja!   

¡Pasa esas páginas hasta llegar a la meta!