Objetos: 

1. Chicle o caramelo: masticar chicle te ayudará a reducir la ansiedad en lo que dura la prueba. Si no soportas los ejercicios de mandíbula, prueba con caramelitos de limón. ¡El punto es que sientas que no estás dentro de una prisión! 

Herramientas: 

1. Empieza por la sección que más domines: reconoce aquello en lo que eres realmente bueno y empieza por ahí: letras o ciencias. Con esa mentalidad, reducirás inconvenientes y distribuirás mejor el orden de las preguntas. 

2. Aprende a pasar: si no sabes una pregunta, pasa. No es requisito resolver todas las preguntas del examen para ingresar. Evita las que te generan conflicto y retómalas después. Un tiempo bien administrado, en conjunto con la cantidad de preguntas resueltas correctamente, será tu verdadera llave de ingreso. 

3. Identifica: identifica las fijas en el examen. Esas que son más fáciles por su origen o coyuntura. Rescata aquellos puntos claves que sumarán en tu  puntaje total. Por ejemplo, las sucesiones o analogías. También las preguntas de historia y geografía. 
 

¡Toma el control de tu examen!