Ser adicto al trabajo siempre ha sido caso de estudio. Ahora que pertenecemos a la era digital, es necesario cambiar también todo el concepto de lo que entendemos por obsesión laboral. La aparición de aparatos como los teléfonos inteligentes, los ordenadores portátiles y las tablets, permiten que ahora podamos trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento, y sin darnos cuenta podemos estar a punto de convertirnos en un adicto al trabajo, pues cada vez son más las personas que sienten necesidad de seguir trabajando mucho más allá de la hora de salida. Porque, debido a estos aparatos, hay una tendencia a creer que los empleados van a estar disponibles durante las noches, los fines de semana, incluso las vacaciones.

La preocupación por tener un trabajo bien remunerado y que cubra las expectativas permite ver, cada día, a más empleados que viven con ese temor constante a perder su puesto, porque llegó alguien con más conocimientos o simplemente no está logrando los resultados esperados, rasgos que pueden desencadenar una “adicción al trabajo”.

Ser trabajador es una gran virtud, sin embargo, llegar a los extremos puede afectar la relación con compañeros, amigos y familiares. Es importante saber detectar actitudes y comportamientos que presenta un adicto al trabajo, echar un vistazo a esta lista podría despejar algunas dudas:

• Se preocupan por hacer el trabajo perfecto y no disfrutan los resultados.
• Si están de vacaciones nunca se despegan del teléfono.
• Prefieren hacer todas las tareas en vez de delegarlas
• Optan por trabajar solos para aprovechar el tiempo sin distracciones.
• En sueños quieren solucionar problemas y situaciones que tienen en el trabajo.
• Todas las conversaciones tratan de temas laborales.
• Utilizan los fines de semana para adelantar trabajo.
• Les mortifica no asistir al trabajo por alguna enfermedad.

Aprender a dosificar el trabajo puede ser una píldora difícil de tragar para una persona obsesionada con sus labores, pues significa dejar de lado ciertos proyectos para liberar tiempos. La clave es desarrollar una carrera a largo plazo y no fijarse en cómo se afectaría en los próximos seis meses o incluso al año siguiente, lo recomendable es pensar en periodos largos, hablamos de 10 o 20 años”

Es importante saber diferenciar el hecho de ser trabajador a convertirse en un adicto al trabajo. Ello puede desarrollar grados de estrés muy altos, desencadenando enfermedades cerebrales y cardiovasculares por los niveles de presión que se imponen. En conclusión, ser adicto al trabajo no es, para nada, una buena noticia.