La técnica anteriormente descrita fue desarrollada por el estadounidense Alex Faickney en 1939. El publicista con ello buscaba la generación de nuevas ideas alrededor de un tema concreto. 

En muchas ocasiones el brainstorming ayuda a encontrar oportunidades satisfactorias y superar el conformismo. Si quieres aprender cómo realizar una buena lluvia de ideas, pon atención a la siguiente lista:  

1. Mediador: se debe elegir una persona que modere las intervenciones que irán surgiendo dentro del grupo. No solo para ordenar la participación sino para rescatar las ideas.  
2. Problema: será esencial definir un asunto desde una perspectiva creativa. Una suerte de desafío que nos haga reflexionar, innovar e incentivar las ideas de los otros. 
3. Tiempo: es necesario no excedernos con el tiempo. Hay que controlar y programar un parámetro justo que resulte suficiente para presentar opciones y explicarlas con claridad. 
4. Acto: consiste en dar inicio a la lluvia de ideas, en la que los participantes pongan sobre la mesa sus propuestas y el moderador las anote a vista de todos. 
5. Selección: con el proceso realizado, queda revisar cada una de las soluciones expuestas y buscar aquellas que se adapten mejor. Incluso se pueden desprender otras de las más relevantes. 

¡Qué empiece la lluvia!