Puede pasar que las ganas de querer entregar un trabajo le ganen al tiempo que uno dedica a observar la redacción o prosa.
Queremos contarte que revisar lo que escribes es determinante y no puede ni debe tomarse a la ligera. Recuerda que ese alguien al otro lado del texto podría abandonarlo si este no es lo suficientemente claro o tiene problemas normativos u ortográficos.
Por eso, no te pierdas las 3 mejores formas de verificar un escrito. ¡Verás lo fácil que es!
- Lee en voz alta: el texto fluye junto al medio oral. La voz alta te ayudará a identificar los errores propios de una redacción apresurada. Así como identificar tildes faltantes o mal puestas.
- Pausas adecuadas: al releer, fíjate bien en las comas y cómo las empleas: un uso inadecuado cambia totalmente el sentido de una oración. Por otro lado, no descuides los cortes de los párrafos. ¡Deja que la idea se complete!
- Texto redondo: este punto tiene un carácter más de fondo. Cuando hayas terminado de corregir, piensa si lo que has escrito te convence y logra ser redondo. Dar lugar a la autocrítica es necesario para potenciar virtudes y corregir defectos.
¡Una escritura consciente será clave!