El emprendedor necesita tener objetivos claros y obedecerlo. Debe saber tomar decisiones y adaptarse a los cambios y dificultades que puedan aparecer en el camino. Para esto es preciso tener una buena autoestima y una gran creatividad. La confianza en ti mismo te ayudará a tomar decisiones y a llevar tus proyectos hacia delante, pero al mismo tiempo te ayudará a no derrumbarte si algo no te sale bien a la primera. La creatividad te permitirá adaptarte a cualquier contratiempo que pueda surgir, a diferenciarte de tus competidores y a tener nuevas ideas para triunfar en tus proyectos o a crear otros si los primeros fracasan.

Ante todo, un emprendedor necesita planificarlo todo. Es esencial que hasta el más mínimo detalle esté pensadopara que tener cubierto cualquier imprevisto, y también para que tus metas y los pasos que necesitarás para alcanzarlas estén bien claros. Si no eres una persona muy planificadora, no te desanimes, solo necesitas aprender a organizarte mejor.

Los emprendedores tienen la suerte de dedicarse a aquello que les gusta, pero aunque tengas esa suerte, si no consigues una buena automotivación, incluso el mejor de los trabajos puede acabar pareciéndote insoportable. Por eso, una de las cualidades imprescindibles para ser emprendedor es que sepas motivarte a diario para seguir creyendo en lo que haces y disfrutándolo.

Saber manejar el dinero y ahorrarlo para cuando no haya es sumamente necesario para los emprendedores. Esto no significa que no inviertas en hacer buena publicidad de tu empresa o en tener productos de calidad que te diferencien de tus competidores, simplemente hay que saber dónde invertir y cuándo hacerlo.

Los clientes, son lo mas importante, por que  son los que mantendrán vivo tu negocio. Debes conocer sus gustos y necesidades, las modas, los cambios sociales que puedan afectaros, etc. Si quieres ser un empresario de éxito, jamás puedes olvidar esto: tu misión no consiste solo en captar nuevos clientes, sino en fidelizar a los que ya tienes. 

Un buen emprendedor necesita grandes cantidades de optimismo. Y no solo para crear algo de la nada y pensar que va a funcionar, sino también para saber levantarse cuando las cosas han ido mal y volver a confiar en que será capaz de hacerlo de nuevo.

Tu formación no termina cuando acabas el grado o el máster o incluso el doctorado, tu formación no termina jamás. Un buen emprendedor debe estar abierto a formarse constantemente, a innovar y a aplicar los nuevos conocimientos que puedan ser útiles.