1. Elige la idea: el primer paso es concebir una idea. Desde ese punto, podrás trabajar cualquier expresión en cualquier soporte. Es necesario darle sentido al origen del concepto. 
2. Escribe o dibuja: realiza un boceto de lo que quieres lograr. Ya sea mediante palabras o imágenes. Eso sentará las bases de tu interpretación y te ayudará a aterrizar la idea. 
3. Cuestiona todo: es importante darle vueltas a tu propuesta en la cabeza. No demasiadas. Pero sí las suficientes para que al cuestionar el fondo haya un sustento y un valor. 
4. Muévete: no tengas miedo a dar el primer paso. A veces es difícil empezar por miedo al fracaso. Transforma ese miedo en uno que te movilice hacia el culmen de tu obra. 
5. Olvida el perfeccionismo: que la idea de perfección no te sabotee. Sé consciente que el trabajo duro y el esfuerzo ya es valioso en sí mismo. Confía en ti y no dudes en reinventarte. 

¡Comienza a crear eso que tanto deseas!