Por un lado, permite el desarrollo cognitivo y emocional. Por otro, ayuda a expandir la capacidad de atención y mejorar la claridad del pensamiento del niño. Si eres docente, quizá debas revisar los siguientes 5 tips que tenemos para ti:

1. Libertad de elección: es decir, proponerles libros que fomenten su curiosidad sin obligarlos a leer algo que no les guste o con un lenguaje muy denso.
2. Leer en espacios creativos: a muchos niños les gusta leer en rincones ambientados o especiales. Estos les dan la sensación de que la lectura es un juego.
3. Establecer hábitos de lectura diarios: resulta importante que los niños dediquen algunos minutos para leer. ¡Crear una rutina de lectura será crucial para fomentar el hábito!
4. Interesarse por lo que ellos están leyendo: la mejor manera de involucrarnos en la lectura de los niños es interesarnos por sus gustos. Preguntarles por lo que están leyendo o cuál es su personaje favorito implica prestarles atención.
5. Animarlos a escribir sus propias historias: cuando uno lee, la imaginación se dispara. Y qué mejor forma de dar salida a esta imaginación que animándolos a escribir sobre su día.

¡La lectura es el arma del conocimiento!