Ser empáticos es una capacidad que puede adquirirse, desarrollarse y perfeccionarse dentro del ámbito personal como profesional. Esta palabra lleva la carga de comprender los sentimientos ajenos al ponernos en su lugar. 

En ese sentido, ser empático requiere de un cuestionamiento interno constante para tener la posibilidad de escuchar abierta y activamente los mensajes a fin de dar recomendaciones asertivas.  

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Para cumplir con ese objetivo, será importante practicar las maneras en las que nos aproximamos a nuestros amigos o compañeros de trabajo. A continuación, te brindaremos 3 tips para que puedas desarrollarla: 

1. Sin prejuicios: despréndete de todo prejuicio que pueda llegar a condicionar tu opinión y, en cambio, preocúpate por prestar atención a lo que te están contando. ¡Dale su espacio y no juzgues!
2. Escucha detenidamente: concéntrate en el pensamiento ajeno y busca comprenderlo. Haz que tus ideas conecten con el sentimiento y no te apresures en responder. ¡Tómate un tiempo antes de hablar! 
3. Reconoce: otórgale valor al comentario realizado y esfuérzate por demostrar con sinceridad el aprecio e interés que te sucede el tema. A veces no es fácil decir las cosas, y es ahí donde estas toman un nivel distinto. ¡Entiende y confía! 

¡Ten criterio y sé el mejor acompañante!

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