Preocuparnos por nuestra salud física es tan importante como hacerlo con nuestra salud mental.
La vida nos pone dificultades en cada paso. Aquel motivo nos hace creer que hay que resolver todo rápido, lo cual puede llegar a generar en nosotros ansiedad y preocupación.
Cada quien tiene su tiempo y no hay por qué desmotivarnos si nuestras expectativas no se cumplen. Por eso, en la siguiente nota, te contaremos tres cosas que están bien y debes interiorizar:
- Un mal día: la sociedad nos ha malacostumbrado a creer que cada día tienen que ser bueno y fructífero. ¡Y no es así! Seguro habrán mejores que otros, pero, de ninguna manera, hay que pensarnos culpables si una jornada no salió como esperábamos.
- Expresar lo que sientes: transmitir y contar lo que atraviesas es una forma de desprenderte y liberarte. ¡Nunca te quedes callado! A veces las verdades duelen, pero son el mecanismo para alcanzar la paz sin quedarnos con la duda.
- Buscar ayuda: si en algún momento llegas a sentir que la situación te sobrepasa, no tengas duda en pedir ayuda a un amigo de confianza o ver a un especialista. ¡Tu integridad por encima de todo y de todos!
¡Mide tu esfuerzo en el progreso personal!
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