El querer sacar buenas calificaciones fuerza a algunos estudiantes a tomar las lecturas como un simple proceso memorístico, es decir, sin reparar o profundizar en los aspectos críticos y reflexivos de los mismos. 

Tal medida puede perjudicar el aprendizaje ya que no es lo mismo tener una noción panorámica del tema que saber lo puntual para el día del examen y luego olvidarlo. 

Por tanto, si lo que buscas es comprobar si realmente comprendiste los aspectos sustanciales de la materia, realiza los siguientes pasos:  

1. Prueba lo asimilado: hacer una debida evaluación, aplicando los conceptos que has recogido, ayudará a que estos se mantengan vigentes como parte de tu día a día. 
2. Entrenamiento constante: dedícale espacio a aquellos términos complejos y experimenta. Busca información complementaria y despliega todas las  posibilidades para el dominio del tema. 
3. Recurrencia: cuando conozcas el material de ida y vuelta -y te sientas ágil para hablar de él sin dificultad- cuéntaselo a tus amigos o familiares. Hablar tanto sobre algo hará que quede grabado en la memoria de largo plazo. ¡Te verán como un experto! 

¡El mundo del conocimiento es inacabable! ¡Explótalo! 

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